Compara la fenomenología con posturas como el neorrealismo y el positivismo e identifica las similitudes y las diferencias respecto a la ciencia.

De modo similar al neorrealismo y el positivismo, la fenomenología toma la ciencia como modelo o parámetro del conocimiento.

• Para el positivismo, las ciencias naturales, en tanto ciencias positivas (esto es, las ciencias que parten de la experiencia sensible), son las que aportan conocimientos genuinos.
• Para el neorrealismo, la filosofía debe partir de los problemas de las ciencias naturales (y no de la religión o la moral).
• Para la fenomenología, la filosofía debe tener la misma solidez que las ciencias naturales, para llegar a ser una ciencia rigurosa.

No obstante esta valoración general de la ciencia que la fenomenología comparte con el positivismo y el neorrealismo, hay diferencias entre estas corrientes respecto de la utilidad y la pertinencia del método de las ciencias naturales para la filosofía.

• Para el positivismo, el método de las ciencias naturales (basado en la observación, la experimentación y la medición) es el único válido; por lo tanto, la filosofía debe adoptar ese método para alcanzar un conocimiento verdadero. La fenomenología, en cambio, considera insuficiente el método de las ciencias naturales para conocer “lo que son las cosas”. Así, por ejemplo, el método experimental no sirve para dar cuenta de la experiencia humana en todas sus dimensiones.
• Para el neorrealismo, la función de filosofía es la de aclarar los conceptos y explicaciones de la ciencia; por eso, se centra en el análisis lógico. La fenomenología, si bien incorpora la lógica a la investigación filosófica, la considera solo un método. El análisis lógico le permite a la filosofía cumplir de un modo riguroso con su verdadera función: dar cuenta del fundamento último de las cosas. Esto distingue a la filosofía de las ciencias naturales.

La fenomenología es una corriente filosófica de principios del siglo XX centrada en el análisis de los fenómenos, entendidos estos como todas aquellas manifestaciones que se dan inmediatamente a la conciencia. El objetivo de este análisis es llegar a la esencia de cada fenómeno, es decir, a su contenido propio, que queda luego de haber depurado o eliminado todo aspecto que no pertenezca a él (interpretaciones heredadas, presuposiciones, características variables).

El principal representante de la fenomenología es el alemán Edmund Husserl (1859-1938).

El neorrealismo es una corriente filosófica que se desarrolló en Inglaterra entre los siglos XIX y XX. Surgió como reacción al idealismo; este sostenía, con variantes, la tesis de que el mundo se configura como tal en la medida que hay un sujeto que lo conoce. Para el neorrealismo –como para todo realismo­– la realidad externa no es modificada por el hecho de que sea conocida por un sujeto, ya que es independiente de él.

El neorrealismo, además, hizo hincapié en que la función de la filosofía no era elaborar un sistema que explique el mundo, sino aclarar –fundamentalmente mediante el análisis lógico– los conceptos y enunciados de las ciencias naturales.

Uno de los principales representantes del neorrealismo es el filósofo inglés Bertrand Russell (1872-1970).

El positivismo es una corriente filosófica surgida en el siglo XIX, que sostiene que el conocimiento proviene únicamente del análisis de los datos positivos, es decir, la información que puede percibirse por los sentidos.

Para el positivismo, las ciencias naturales constituyen el único modelo de conocimiento válido, que debe ser aplicado al análisis de la sociedad. El desarrollo de la ciencia corresponde a la tercera etapa de evolución de la humanidad; las etapas anteriores son la teológica, en la que los fenómenos son explicados recurriendo a lo sobrenatural (dioses, magos, duendes, etc.), y la metafísica, en la que la realidad es explicada a través de conceptos abstractos, de existencia puramente mental (como el ser, el ente, la sustancia y otras categorías metafísicas).

El principal representante del positivismo es el filósofo francés Augusto Comte (1798-1857).