Analice desde su punto de vista y de manera pragmática, la lectura de la página 61 de su texto GUAPULO LA NACIONALIDAD DEL ARTE COLONIAL *LECTURA* 1692 Guápulo La nacionalización del arte colonial En el santuario de Guápulo, un pueblo recostado a las espaldas de Quito, se inauguran los lienzos de Miguel de Santiago. En homenaje a la Virgen de aquí, que es muy milagrera, Miguel de Santiago ofrece esta sierra y este llano, esta cordillera y este cielo, paisajes que no estarían del todo vivos si no los encendiera la gente que los atraviesa: gente de aquí, que anda por lugares de aquí en procesión o a solas. El artista ya no copia grabados venidos de Madrid o Roma sobre la vida de san Agustín. Ahora pinta la luminosa ciudad de Quito, rodeada de volcanes, las torres de estas iglesias, los indios de Pujilí y el cañón de Machángara, la loma de Bellavista y el valle del Guápulo; y son de aquí los soles detrás de las montañas, la humareda de fogatas de las nubes alzándose y los neblinosos ríos que cantan sin callarse nunca. Y no es solamente Miguel de Santiago. Manos anónimas de artesanos indígenas o mestizos deslizan de contrabando llamas en lugar de camellos en los retablos de Navidad y piñas y palmeras y choclos y aguacates en los follajes de las fachadas de las iglesias; y hasta soles con vincha cerquita de los altares. Por todas partes hay vírgenes embarazadas y cristos que se duelen como hombres, como hombres de aquí, por la desdicha de esta tierra.