¿Qué es un mal gobernante?

Un mal gobernante es aquel que:

1. Se contradice al prometer que va a cumplir con lo que los ciudadanos necesitan, pero luego hace lo opuesto.

2. Miente a la población y no es capaz de remediar sus errores.

3. Atenta contra los derechos civiles y humanos de los ciudadanos.

4. Modifica la Constitución Nacional con fines estratégicos para beneficiar a su gobierno, a costa de violar la democracia.

5. No cumple de manera idónea y responsable con sus responsabilidades.

6. Falta el respeto a los ciudadanos que no comparten su ideología partidaria.

7. No comunica de manera clara y transparente la información que concierne a gastos del sector estatal.

8. Realiza fraude electoral para acceder al poder o perpetuarse en él.

9. Toma decisiones arbitrarias que le permiten operar con negocios particulares, pero que no benefician o favorecen a la población ni a la nación.

10. Incrementa su patrimonio personal de manera fraudulenta a partir de ejercer como funcionario público.

Se considera que un funcionario público es un buen gobernante si ejerce su labor y se manifiesta respetando el marco de un sistema político democrático que defiende la soberanía del pueblo y los derechos civiles. Un gobernante de cualquier tipo de gobierno autoritario o dictador que viola varios de los derechos humanos no debe ser considerado un buen gobernante a pesar de las buenas acciones que pueda defender, porque no está respetando el derecho básico y fundamental de la democracia: defender la soberanía popular que comprende el derecho a que los ciudadanos elijan y controlen a sus gobernantes.