1. ¿Qué podemos hacer para evitar la discriminación en la escuela?
2. ¿Qué podemos hacer para evitar la discriminación en nuestra casa?

SUGERENCIAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN EN LA ESCUELA:

• Aprender a ser más tolerantes en general, con nuestros pares y con los adultos. Si nos disponemos a escuchar de manera humilde y sincera a la otra persona, a darle un espacio para que se exprese y para que intercambiemos emociones y pensamientos, es muy probable que nos demos cuenta de que estábamos equivocados por pre-juzgarla (es decir, guiarnos por idea que nos hicimos en nuestra mente de la otra persona), por guiarnos según las apariencias o por los rumores que se decían de esa persona.

• Hablar de lo que nos molesta y lo qué nos agrada de los demás. Conversar de estos temas en clase ayuda a que cambiemos de perspectiva y la manera de ver las cosas. El rechazo y el prejuicio entre los alumnos o entre alumnos y profesores, suelen ser consecuencia de cuestiones superficiales basadas en estereotipos o por la necesidad de sentirse aceptado, incluso, a costa de burlarse de otro. Una persona es valiosa por lo que hace y manifiesta hacia los demás, no por las cosas materiales que pueda tener. Por ejemplo: una persona no es mejor por tener más seguidores en su red social o no es inteligente por tener muchos “me gusta” en un video publicado en su perfil. Si no logramos comprender la diferencia entre el mundo virtual vs. el mundo real, seguiremos teniendo una perspectiva del mundo distorsionada, por ende, nuestras actitudes podrán ser erradas.

SUGERENCIAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN EN CASA:

• Decir que un chiste nos molestó. Es importante que podamos expresar lo que sentimos, en especial, cuando algo nos hace daño o nos duele. Muchas veces los miembros de la familia repiten chistes o frases graciosas que están instauradas como parte de la cultura, pero no dimensionan el impacto que puede generar en otros, incluso, hacia un miembro de su propia familia. Hablar sobre estos temas ayudará a revertir la situación y será una manera de replantearnos sobre algunas actitudes culturalmente erradas o que deben evolucionar.

• Tener empatía. Ponernos en el lugar del otro en el sentido de que dejemos de pensar o de sentir como lo hacemos nosotros y entender que a la otra persona las cosas le pueden afectar de un modo diferente. Esta actitud puede ayudarnos a no despreciar o subestimar a los demás. Debemos comprender que todos somos seres merecedores de los mismos derechos, a pesar de que nuestro aspecto, nuestro modo de ser o nuestra manera de sentir sean diferentes.

La discriminación es una forma desfavorable de relacionarse entre individuos en la que una parte no respeta los derechos del otro, actúa de manera despectiva, perjudicial o violenta, por razones ilógicas y absurdas, como diferencias de raza, género, rasgos físicos, ideologías, ciencias, entre otras razones injustificables. La persona que discrimina suele sentirse superior a la otra que recibe el mal trato o suele sentirse muy insegura a tal punto que denigra a quienes lo rodean para no sentirse tan poco valioso. En ambos casos, el error está en la persona que discrimina.

La discriminación en la escuela es una forma de maltrato entre pares o entre alumnos y sus superiores, que suele suceder de manera reiterada en el tiempo, lo que resulta más dañino y peligroso para la víctima. Que una persona no sea de tu agrado no significa que debas o puedas agredirla. Simplemente no forjarás una amistad, pero nada te da derecho a maltratar a quien no sea de tu agrado.

La discriminación en casa es una forma de maltrato y desacreditación entre hermanos, entre padres e hijos o entre los padres. Suele darse por herencia de mandato o por malas costumbres. Si bien, es difícil revertir el bagaje cultural aprendido, puede mejorar mucho la relación si se evidencia y se habla de los actos de discriminación en la familia, en especial, con la ayuda de un profesional o terapeuta.