Diez acciones que puedo poner en práctica en mi escuela o casa para cumplir el principio de reciprocidad.

Acciones que puedo poner en práctica en mi escuela o casa para cumplir con el principio de reciprocidad:

• Pedir prestado. Mi hermana me prestó uno de sus mejores vestidos, pero sin querer alguien en la fiesta me arrojó una bebida y no pude quitarle la mancha. A modo de compensarla le compré un vestido nuevo. Mi hermana me dijo que no era necesario que hiciera eso, pero me sentí muy apenada por la situación porque sabía que ella apreciaba su viejo vestido. En agradecimiento, mi hermana me regalo otro vestido diferente, para que yo también tuviese uno.

• Agasajo. Mi mamá nos cocinó a mis amigos y a mi que nos reunimos a cenar en casa un día de semana, a la salida de la facultad. A modo de compensar su lindo gesto debido a que nos esperó hasta tarde, al día siguiente la invité a merendar a una casa de té que ofrece pasteles que a ella le encantan y pasamos un lindo rato charlando.

• Buenos vecinos. Mi vecina suele mantener muy cuidado su jardín del frente de su casa y, además, nos corta el pasto en nuestro pequeño espacio en el frente de nuestra casa, sin pedir nada a cambio. Es por eso que, luego de tanto tiempo de que ella tuviese esa actitud, mi hermana y yo le comenzamos a preparar algún platillo casero, como tacos, tartas o pasteles dulces. Ella no esperaba ese gesto y la primera vez que le llevamos la sorpresa, se emocionó. A partir de esas actitudes, se generó un hermoso vínculo entre nosotros.

• Empezar en una nueva escuela. En uno de los primeros días de escuela pasé al frente y completé bien un ejercicio que pidió la profesora, pero algunos compañeros comenzaron a susurrar y a hacer burlas por mi cabello. Tengo muchos rulos y mucha cabellera, pero nunca me había pasado algo parecido. En ese momento, una compañera se levantó y en voz alta, firme y con ironía dijo: “¡Qué gracioso que es reírse a las espaldas de alguien con la intención de hacerla sentir mal mientras está frente a todos eh! Pasen uds. al frente ahora así nos reímos también!

  No está bien rebajarse y devolver una burla con otra. Sin embargo, el gesto de esa compañera resultó algo grandioso y es el día de hoy que somos grandes amigas. En ese momento le quise agradecer su gesto y le regalé una sudadera con la siguiente leyenda “Alquien que me admira mucho, me obsequió esta T-shirt”.

• Aprendizajes. Me fue mal un examen en una asignatura que me resulta muy difícil y me apené y sentí muy mal. Un amigo que entendió el tema con más facilidad se ofreció a ayudarme a estudiar para el examen final, durante un fin de semana. Y me alentó a que no desanime. A veces, las asignaturas son complejas y, otras veces, se trata de explicarlas de otra manera. A modo de compensación, le preparé un pastel casero de naranjas que es su preferido y solo su abuela se lo suele preparar. Y, además, me fue muy bien en el examen.

• Involucrarse. A la salida de la escuela vi que a un chico se le cayó su cartera de la mochila mientras se subía al autobús y arrancó. Fui rápido con mi bicicleta hasta donde estaba la cartera, la recogí y seguí al colectivo hasta la próxima parada. Le hice señas a las personas del colectivo hasta que todos me miraron y el dueño de la cartera me vio agitando en mi mano. Bajó del autobús, me dio un abrazo y me dijo: “Gracias, te quiero mucho”. Volvió a subir al colectivo y yo a mi bicicleta pensando: solo tuve un gesto de devolverle algo que se le había caído, pero esa persona me regaló las palabras más lindas de afecto que podía recibir de un desconocido.

La reciprocidad es una acción de intercambio entre dos o más personas, de bienes, servicios, acciones o actitudes para el beneficio mutuo. Es un intercambio en el que se corresponden entre sí de alguna manera, es decir, que se asemejan o resultan equivalentes y que se puede dar en diferentes tipos de relaciones humanas, como personales, comerciales y políticas.

La acción de reciprocidad es una compensación o devolución, ante un favor o un gesto valioso que tuvo una persona con nosotros y, por esa razón, nos sentimos en falta y queremos retribuir el gesto. Puede que el acto de reciprocidad solo tenga sentido o valor para la persona a la que se quiere compensar, y no es igual de significativo para otra.

Para la psicología el principio de reciprocidad es una norma social implícita que hace referencia a la correspondencia mutua entre dos o más personas. Es decir: si una persona hace algo por ti, te sientes obligado en devolver el favor, de manera semejante o equivalente. El proceso de socialización es muy importante para desarrollar la reciprocidad.

El principio de reciprocidad es, además, una estrategia comunicacional de persuasión que suelen emplear, tanto las marcas como los funcionarios públicos, como manera de influenciar y ganarse la confianza de las personas, a través del agradecimiento, de devolver un buen gesto o de realizar una buena obra y difundirla.