¿Cómo distinguimos lo científico de lo popular?
¿Tiene alguna utilidad distinguir lo científico de lo popular?

En términos generales, lo científico se distingue de lo popular por el alcance (universal o particular) y la precisión de sus afirmaciones.

El conocimiento científico:

• Es sistematizado, elaborado mediante observaciones, razonamientos y pruebas metódicamente organizadas.

• Surge cuando se intenta descubrir causas y principios, mediante la aplicación de un método conocido como “método científico”. El método científico abarca una serie de etapas: observación, elaboración de hipótesis, experimentación, análisis de los resultados y validación de la hipótesis; si la hipótesis es validada, se convierte en un principio que puede usarse para seguir avanzando en el conocimiento.

• Busca la demostración de sus afirmaciones, a través de la comprobación de los fenómenos, en forma sistemática; por lo tanto, va más allá del sentido común, al que muchas veces cuestiona.

• Procura ser universal y formar sistemas de ideas organizados coherentemente y por incluir los conocimientos parciales en un conjunto cada vez más amplio.

El conocimiento popular:

• Es aquel que forma parte de una comunidad determinada y se transmite de generación en generación.

• En general, se aplica a la resolución de problemas, sin cuestionar lo que se enuncia. Para resolver problemas, se vale de los medios que se tienen al alcance de la mano del modo más sencillo y directo posible.

• Se adquiere a partir de la observación de los fenómenos del mundo circundante a través de los sentidos, sin profundizar en las causas de esos fenómenos.

• Se llega a él sin haberlo buscado ni estudiado y sin aplicar un método.

Distinguir lo científico y lo popular tiene utilidad en la medida que nos permite diferenciar los criterios que validan distintos tipos de enunciados sobre el mundo que nos rodea. Por ejemplo, el conocimiento popular aconseja no tocar directamente con la mano una fuente de hierro que está sobre el fuego. El conocimiento científico, además, da una explicación y una generalización acerca de este fenómeno al formular la ley que dice que todos los metales conducen bien el calor.

Para los fines prácticos, el conocimiento popular muchas veces es suficiente, pero el conocimiento científico es el que efectivamente nos permite llegar a conocer cómo funciona el mundo que nos rodea.