¿Quiénes deben participar en el combate a la corrupción?

La corrupción no se genera debido a un único factor y tampoco se puede combatir de una sola manera. Existen diversos agentes prioritarios que pueden contribuir a combatir la corrupción, como la participación ciudadana y las instituciones que representan al Estado. Para combatir la corrupción es estrictamente necesario que el aparato judicial se comporte de manera ética y transparente. Eso conlleva a que el poder legislativo deba mantenerse actualizado y deba adecuar las leyes para hacer justicia a medida que las sociedades evolucionan. La existencia de leyes sin un aparato que las haga cumplir, las deja casi sin efecto. La información relacionada a los funcionarios y a las instituciones públicas tiene que ser accesible para toda la sociedad. En caso contrario, la falta de transparencia de los datos podría encubrir actos delictivos de corrupción, como fraudes en el gasto público, uso ilegítimo de información financiera, hurto de dinero del Estado, malversación de bienes públicos, entre otros. Además del aparato estatal es necesaria la intervención ciudadana para denunciar los delitos por parte de los funcionarios, exigir acceso a la información del Estado o exigir transparencia en el desempeño de sus representantes. Parte de la responsabilidad ciudadana es, también, actuar de manera ejemplar y no acceder a delitos de corrupción en su vida personal. Cambiar los malos hábitos implica un accionar individual que genera impacto social. Una sociedad que actúa desde la ética, la empatía y la transparencia en sus actos, puede exigir con más ímpetu esas mismas cualidades a sus representantes. En cambio, una sociedad que se excusa para delinquir porque la mayoría de los funcionarios públicos son corruptos está destinada al fracaso. Mantener la coherencia entre los valores y las acciones, tanto de manera individual como colectiva, guiará a la sociedad hacia un equilibrio.