Tipos de imanes

Un imán es un cuerpo capaz de producir un campo magnético propio. Los imanes atraen materiales como el hierro, el cobalto y el níquel, y suelen presentar mayor capacidad de atracción sobre sus extremos.

Existen distintas formas de clasificar a los imanes:

1) Según su origen:

• Imanes naturales. Tienen la propiedad de atraer elementos como el hierro y el níquel. Por ejemplo: la magnetita, compuesta por óxido ferroso férrico, que puede atraer fragmentos de hierro natural.

• Imanes artificiales. Son cuerpos magnéticos que, tras friccionarlos con magnetita, se transforman de manera artificial en imanes.

Según la perduración de sus propiedades magnéticas:

• Imanes temporales. Están conformados por hierro dulce y se caracterizan por poseer una atracción magnética de corta duración.

• Imanes permanentes. Están constituidos por acero y conservan la propiedad magnética por un tiempo perdurable.

• Imanes cerámicos o ferritas. Tienen un aspecto liso y color grisáceo. Suelen ser de los más utilizados debido a su maleabilidad aunque, al ser frágiles, se rompen con facilidad.

• Imanes de alnico. Su nombre deriva de la contracción de las palabras aluminio, níquel y cobalto, elementos de los que se compone. Presentan un buen comportamiento frente a la presencia de altas temperaturas, pero no cuentan con considerable fuerza.

• Imanes de tierras raras. Pueden ser de dos tipos: neodimio (formados por hierro, neodimio y boro, de fácil oxidación) o samario cobalto (no suelen oxidarse de manera fácil).

• Imanes flexibles. Se caracterizan por su flexibilidad y están compuestos por partículas magnéticas como el estroncio y el hierro. Las desventajas de los imanes flexibles son la baja resistencia a la oxidación y su escasa potencia magnética.