Tipos de carácter

El carácter es un constructo psicológico compuesto por las características dinámicas del ser humano. El término alude a la forma de ser y personalidad del individuo y su forma de reaccionar frente a estímulos y situaciones de la vida.

Los diferentes tipos de carácter fueron definidos por el filósofo y psicólogo francés René Le Senne. Estos son:

1) Carácter nervioso

Las personas que tienen este tipo de carácter pueden tener dificultades en la memorización, comprensión y en el razonamiento lógico. Estas personas suelen ser desordenadas y carentes de disciplina y perseverancia para realizar las cosas. Son individuos extrovertidos, cariñosos, enérgicos, sociables, inestables y de voluntad débil. Además, se entusiasman por lo novedoso siempre y cuando sea práctico. Por último, son muy cambiantes en sus intereses y ocupaciones.

2) Carácter sentimental

A las personas que tienen este carácter les cuesta adaptarse a los cambios, se desalientan con rapidez cuando aparecen dificultades y les gusta hacer las cosas bien. En el ámbito laboral resultan indecisas. Son personas reflexivas, retrospectivas y abstraídas, que suelen sentir las emociones de manera intensa. Se desmoralizan con facilidad, son rencorosas y cuesta reconciliarse con ellas. Son individuos tímidos, sensibles, que tienden a buscar el aislamiento y soledad, pero que desarrollan vínculos interpersonales de calidad.

3) Carácter colérico

Son personas a las que les cuesta terminar las cosas que comienzan y cambian constantemente de actividad. En el ámbito laboral son poco disciplinadas, les cuesta sintetizar y adquirir nuevos conocimientos y son de tensionarse muy fácilmente. Además, los coléricos son buenos con la improvisación y les agradan las cosas que sean inmediatas, concretas y técnicas. Suelen ser extrovertidos, les agrada hacer cosas nuevas y son muy activos y enérgicos.

4) Carácter apasionado

Los individuos con carácter apasionado son muy imaginativos y memoriosos, les gustan las tareas más variadas, estar ocupados y les aficiona estudiar (lo hacen ordenada y metódicamente). Dan mucha importancia a los valores y suelen preferir el trabajo individual al grupal. Pueden ser agresivos y paranoicos y llevan sus emociones al límite. Son personas hábiles para la literatura, historia, matemáticas y redacción y las cuestiones relacionadas con la política, la religión y lo social les atraen.

5) Carácter sanguíneo

Las personas con carácter sanguíneo pueden adaptarse con facilidad a cualquier ambiente, son muy curiosas. Son trabajadoras, cerebrales y piensan todo con frialdad. Suelen utilizar la mentira como recurso para alcanzar lo que desean y son poco sensibles. Tienen facilidad en las relaciones sociales y les gusta concentrarse en proyectos que les brinden resultados o beneficios a corto plazo y satisfacer sus necesidades de manera inmediata. Además, pueden ser egoístas y cínicas.

6) Carácter flemático

Las personas con carácter flemático gustan de trabajar individualmente, son muy ordenadas y metódicas, aunque en algunos casos pueden convertirse en personas muy rígidas. Además, se caracterizan por ser calladas y muy reflexivas y tranquilas. Les importa que las cosas sean exactas, son puntuales y su inteligencia es profunda pero lenta. Son individuos equilibrados y pueden resultar fríos, poco expresivos y con dificultad para transmitir sus sentimientos.

7) Carácter amorfo

Quienes tienen una personalidad amorfa son desordenados, despreocupados, evitan los esfuerzos, delegan responsabilidades y dejan las cosas para después. Son muy perezosos, analizan las cosas superficialmente y razonan lentamente. Suelen ser personas extrovertidas y muy sociales y que pueden dejarse influenciar por ideas ajenas. Son individuos tranquilos que tienden a vivir concentrados en el presente e intentan disfrutarlo.

8) Carácter apático

Las personas apáticas no suelen interesarse por las actividades, tienen pocas ideas y estímulos. Son personas cerradas, testarudas y difíciles de conocer, que tienden a la soledad y se encuentran a gusto en ella. Son individuos pasivos, indiferentes, rutinarios y también perezosos. Se sienten poco motivados en el presente por lo que tienden a la melancolía y a experimentar emociones que se extienden en un periodo de tiempo largo y que suelen ser negativas.