Investiga y explica el origen mitologico de las expresiones "ese es el talón de Aquiles", "es una arpía", "fue toda una odisea"

Las expresiones "ese es el talón de Aquiles", "es una arpía" y "fue toda una odisea" tienen su origen en distintos mitos griegos.

Es el talón de Aquiles

La expresión “ese es el talón de Aquiles” se refiere a una versión del mito del nacimiento del héroe griego. Dicen que cuando Aquiles nació, Tetis, su madre, quiso que fuera inmortal, por lo cual lo sumergió en el río Estigia. Para sumergirlo, su madre lo sostuvo por el talón, razón por la que esa parte de su cuerpo quedó vulnerable, y era el único lugar en el que Aquiles podía ser herido. De hecho, así es como muere, con una flecha envenenada clavada en su talón, a manos de Paris, en la batalla de Troya.

Es por eso que esta expresión se usa para referirse al punto débil o vulnerable de una persona o de algo.

Es una arpía

La expresión “es una arpía” tiene su origen en los seres mitológicos con ese nombre. Las arpías (también “harpías”) eran seres fantásticos con cara de mujer y cuerpo de ave de rapiña. En la mitología, se las representaba como seres maléficos y horribles. Se las consideraba las vengadoras de los dioses y, con ese objetivo, raptaban niños y almas.

Es por esta razón que cuando alguien se refiere a una mujer como una arpía lo que quiere decir es que la considera muy malvada.

Fue toda una odisea

La expresión “fue toda una odisea” se refiere al poema épico griego compuesto por Homero la Odisea. La obra explica cómo Odiseo, rey de Ítaca, regresa a su casa luego de diez años luchando en la guerra de Troya y otros diez años en el viaje de vuelta. En esa travesía, enfrenta múltiples problemas y peligros, y la Odisea narra todas las aventuras que el héroe debe atravesar para finalmente regresar a su hogar y reencontrarse con Penélope, su esposa, y Telémaco, su hijo.

Entonces, cuando alguien usa esta expresión es para referirse a un viaje largo y arduo, que ha presentado dificultades y aventuras. También se suele usar metafóricamente para referirse a las peripecias que se debieron atravesar para alcanzar algún objetivo en particular.