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¿Para quién sirven las acotaciones?

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    natalia_r

    Un texto teatral se compone de dos partes: por un lado, los diálogos de los personajes y, por otro, una serie de indicaciones que se denominan acotaciones escécnicas o didascalias.

    Las acotaciones son anotaciones marginales que realizan los dramaturgos en la escritura de una obra de teatro y que sirven para brindar información útil para el momento de la puesta en escena.

    Esta información puede ser de diversa índole y estar dirigida a los distintos participantes de la representación teatral, como el director, los actores, los vestuaristas, los maquilladores, los iluminadores, los escenógrafos, los musicalizadores, entre otros.

    Así, existen acotaciones para transmitir diversas informaciones, como por ejemplo:

    • Pueden señalar de qué manera deben interpretar a los personajes los actores, cuál es su género, su edad, la vestimenta que deben usar, el peinado, etc.

    • Pueden señalar gestos o movimientos que realizan los personajes en algún momento determinado y que deben ser representados por los actores, como caminar, agacharse, moverse, arrojarse al piso, o cualquier gesto que necesite representación.

    • Pueden indicar una postura corporal, un tono de voz, una actitud de los personajes en el momento de decir algún parlamento, como gritar, llorar, susurrar, etc.

    • Pueden dar indicaciones respecto del ambiente y la época en el que se desarrolla la acción, relativas, por ejemplo, a cuestiones de iluminación, a objetos que deben aparecer en el escenario, a los diversos lugares en los que transcurrirá la historia, etc.

    • Pueden indicar la musicalización y los sonidos que se deben escuchar durante la obra de teatro.

    Un ejemplo de las acotaciones de un dramaturgo en una obra de teatro podría ser:

    Living de la casa, luz tenue. Gonzalo: “Jamás me sentí tan solo” (Se toma la cabeza entre las manos). Mayordomo (inclinándose hacia él y con voz suave): “¿Lo puedo ayudar en algo, señor?”. Se oye el timbre de la casa y los dos hombres giran la cabeza hacia la puerta. Gonzalo (con sorpresa): “¿Esperamos a alguien?”. Mayordomo: No que yo sepa. El mayordomo se retira de la habitación para atender la puerta. Oscuro.

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