Acróstico con la expresión "Guerra Fría".

Un acróstico es un tipo de composición poética constituida por versos cuyas letras iniciales, medias o finales forman una palabra o una frase.

Un acróstico con las palabras “Guerra Fría”:

Ganadores y perdedores no encontraremos, Unos contra otros enfrentados En un combate sin armas ni heridos. Regiones enteras en una amenaza invisible, Resistencia pasiva pero firme, Acción a través de la inacción.

Fueron el Este y el Occidente, Recreando una batalla silenciosa. Ídolos e idólatras de la guerra, entretanto, A la espera del llamado del clarín.

En este acróstico, las palabras GUERRA FRÍA se forma con las letras iniciales de cada verso, que además están destacadas en mayúscula y negritas para que el lector pueda verlas con facilidad. Como suele ocurrir en los acrósticos, lo fundamental es que de algún modo se forme la palabra que da tema al texto, por lo cual la rima y la métrica son libres, para poder adaptarse al término que se busca destacar.

En este caso, el acróstico aborda el tema de la Guerra Fría, que fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo y científico que tuvo lugar luego de la Segunda Guerra Mundial, en lo que se denominó el período de posguerra. Las regiones que se enfrentaron fueron el bloque occidental-capitalista, liderado por Estados Unidos, y el bloque del oriental-comunista, bajo el mando de la Unión Soviética. Las razones del enfrentamiento, entonces, fueron sobre todo políticas e ideológicas. Como ninguno de los bloques en cuestión tomaron acciones directas contra el otro, esta etapa se denominó “Guerra Fría”.

Así, el poema destaca muchas de las características de esta guerra que no se dio en el campo de batalla: “combate sin armas ni heridos”, “amenaza invisible”, “resistencia pasiva”, “acción a través de la inacción”, “batalla silenciosa”. En la segunda parte, se exponen los dos bloques involucrados y se cierra con el sentimiento que predominó en el mundo durante la Guerra Fría: que la guerra verdadera podía comenzar en cualquier momento, con solo escuchar el sonido del clarín, que era uno de los instrumentos que se utilizaban antiguamente para transmitir órdenes en medio del fragor del combate.