Los productos que anuncian, ¿ofrecen beneficios reales en sus mensajes?

Por principio, los beneficios asociados a un producto presentados en los avisos publicitarios deberían ser reales, es decir, poder ser comprobados de forma fehaciente por los usuarios de ese producto. Esto es particularmente importante si se trata de un alimento o de un producto relacionado con la salud (medicamentos, suplementos vitamínicos, elementos de primeros auxilios).

No obstante lo dicho anteriormente, es habitual verificar que muchas publicidades promocionan productos mediante mensajes engañosos, atribuyéndoles beneficios que no posee (una loción para la calvicie que regenera el cabello) o que no los posee del modo en que se dice (un suplemento dietario que permite adelgazar rápidamente, sin aclarar que debe ser acompañado de una dieta adecuada).

Incluso, en algunos casos se promueven como beneficios de un producto que características que no lo son (una sustancia de nombre con reminiscencias “científicas”, como limpianox o puridiol, que elimina de modo instantáneo y sin ningún esfuerzo todo tipo de suciedad).