Una narración de la vida de Alejandro Magno.

Alejandro, conocido como Alejandro Magno (“el Grande”) era hijo de Filipo II, rey de Macedonia, una zona montañosa ubicada al norte de Grecia. Su madre fue Olimpia de Epiro.

Alejandro nació en Pela, en 356 a. C. Recibió una excelente educación, tanto en el plano militar como en el intelectual: uno de sus maestros fue el filósofo Aristóteles.

En el siglo IV a. C., los macedonios, liderados por Filipo II, iniciaron una expansión militar sobre el territorio griego, que culminó en el año 338 a. C., cuando derrotaron a los atenienses en la batalla de Queronea. Así, las ciudades-Estado griegas quedaron sometidas a la Liga de Corinto, encabezada por los macedonios. A continuación, Filipo II intentó avanzar sobre Asia Menor, pero fue asesinado en el 336 a. C. Su hijo Alejandro fue el encargado de continuar sus pasos.

En el año 334 a. C., el ejército conducido por Alejandro Magno ingresó en Asia Menor y enfrentó a las tropas persas comandadas por Darío III, al que venció en la batalla de Gránico. Dos años más tarde, Alejandro conquistó Egipto. Allí fundó la ciudad que llevaba su nombre y que aún existe: Alejandría.

Luego, continuó su avance sobre Asia y conquistó Fenicia, Babilonia y el Imperio persa. Entonces, Alejandro adoptó los hábitos y la vestimenta de los reyes orientales y creó un culto a su persona como si fuera una divinidad. De este modo, quedó formado el mayor imperio de la Antigüedad.

La ambición de hacer crecer su territorio impulsó a Alejandro a iniciar una campaña militar a la India en el año 326 a. C. En esa campaña, los macedonios tuvieron que hacer frente a serias derrotas. Las condiciones del clima y el relieve de la región produjeron un progresivo agotamiento en los soldados, quienes finalmente se negaron a seguir combatiendo.

En el año 323 a. C., cuando tenía 32 años, Alejandro Magno enfermó de gravedad y murió. Según algunos historiadores, la causa de su muerte no fue una enfermedad sino el envenenamiento. Como Alejandro no había nombrado un sucesor, luego de su muerte, los comandantes macedonios, egipcios y persas que habían formado parte de su núcleo más cercano se enfrentaron por el poder y, por lo tanto, el imperio comenzó a dividirse.