Causas y consecuencias de la colonización en Asia.

Las causas de la colonización europea en Asia son diversas, según la época que se considere:

• Entre los siglos XVI y XVIII, se debió al interés por el control del comercio de los productos asiáticos, en particular, las especias.
• A partir de mediados del siglo XIX, con el auge de la Revolución Industrial, además de los intereses comerciales, hubo otras causas, comunes a las que impulsaron a las potencias occidentales a colonizar otras regiones del mundo, como África y Oceanía:
• la necesidad de obtención de materias primas para la industria;
• la búsqueda de mano de obra barata;
• el interés por ampliar los mercados para los productos manufacturados en los países occidentales;
• la lucha entre las potencias occidentales por ejercer un mayor dominio sobre el mundo;
• el nacionalismo, es decir, la creencia en la superioridad del propio país por sobre el resto de los países, lo que llevaba a las potencias occidentales a considerar que su presencia en otras regiones tenía un carácter “civilizador”.

Respecto de las consecuencias de la colonización occidental en Asia, debe distinguirse entre las consecuencias que tuvo en Europa y las que tuvo en los países colonizados. Entre las consecuencias que la colonización tuvo para los países europeos se encuentran las siguientes:

• Un mayor crecimiento económico, que benefició sobre todo a los gobiernos y a los sectores industriales.
• El incremento de los conflictos políticos entre los países europeos que, en el caso de la colonización del siglo XIX, condujo a la Primera Guerra Mundial.

Entre las consecuencias que la colonización europea tuvo para los países asiáticos se encuentran las siguientes:

• Cambios en la composición de la población, debido al asentamiento de colonos europeos y a la reducción de la población autóctona, porque contrajo enfermedades llevadas por lo colonos o porque fueron se los exterminó.
• El reemplazo de la agricultura diversificada, orientada al autoabastecimiento, por otra basada en un solo cultivo, destinado a la exportación.
• La dependencia de las colonias, en mayor o menor medida, de las metrópolis; estas, en muchos casos, establecieron los límites entre los diversos países colonizados, sobre la base de acuerdos políticos entre ellas.
• La imposición de usos y valores culturales ajenos a la propia tradición, lo que produjo conflictos entre los mismos pueblos autóctonos e, incluso, llevó a la pérdida de algunas culturas.

La colonización europea en Asia se remonta al siglo XVI, con las exploraciones de los portugueses en el océano Índico y el establecimiento de asentamientos en India, Ceilán, Indonesia y China. El objetivo de estos asentamientos era controlar el comercio en la región, en particular el comercio de especias. Por su parte, España, se estableció en Filipinas.

En el siglo XVII, Francia, Inglaterra y Holanda comenzaron a incursionar en Asia y a competir con los portugueses por el control europeo de la región. Los holandeses lograron desplazar a los portugueses, y se convirtieron en la principal potencia comercial del sudeste asiático.

A lo largo del siglo XVIII, ingleses, franceses y holandeses se disputaron el control de la India. Hacia fines de ese siglo, los ingleses (a través de la Compañía Británica de la Indias Orientales) obtuvieron el dominio de ese país.

Con el auge del imperialismo del último tercio del siglo XIX, la presencia europea en Asia se intensificó y se sumó la de Estados Unidos y Japón. Este último país, si bien es asiático, participó en la colonización de diversas regiones en ese continente (Manchuria, Siberia, Corea), impulsado por los mismos motivos que las potencias occidentales.

• Francia ocupó parte de la Indochina (la zona correspondiente a Vietnam, Laos y Camboya).
• Holanda mantuvo el control de Sumatra, Java, Borneo y parte de Nueva Guinea.
• Inglaterra consolidó su presencia en la India y ocupó Birmania y Hong Kong.
• Alemania se adjudicó Papúa y diversas islas del Pacífico.
• Estados Unidos arrebató las Filipinas a España.