¿Cómo aplicar la ley de atracción más rápido?

Sugerencia de pasos para aplicar la ley de atracción más rápido:

• Respirar profundo, al menos tres veces.

• Agradecer que estamos presentes viviendo en este momento.

• Tomar consciencia de los puntos de tensión de nuestro cuerpo y tratar de relajarlos.

• Calmar la mente evitando pensar en muchas cosas a la vez.

• Escuchar música tranquila que sea de nuestro agrado.

• Escuchar el sonido ambiente si proviene de la naturaleza.

• Pensar en todo lo bueno que tenemos por agradecer, a pesar de las cuestiones difíciles que estemos atravesando. Siempre recordemos agradecer por todo lo valioso, como estar vivos, tener un buen plato de comida, agua potable para beber y todo un universo de posibilidades para ver y vivir.

• Pensar en un sueño o deseo, pensarlo en positivo y agradeciendo que ya es un hecho. Por ejemplo: “doy gracias por este nuevo empleo que tengo y que tanto me esforcé por alcanzar”, “doy gracias que aprobé el examen tan difícil y por el que tanto estudié.”.

Estos son solo algunos de los pasos a modo de sugerencia que pueden ayudarte a vibrar en sintonía positiva y, como consecuencia, atraer todo lo positivo que nos rodea. La ley de atracción es un ejercicio que requiere de práctica, constancia y perseverancia. No es una receta mágica que funciona al instante, es una práctica que debe ser incorporada en nuestra vida diaria.

La ley de atracción es un precepto o teoría de la física que considera que la energía que emitimos es capaz de movilizar o atraer a otra energía de similar vibración.  La fuerza de atracción es lo que en física se denomina ley gravitatoria y sostiene que todo cuerpo, por el hecho de tener masa, es capaz de ejercer o experimentar fuerza de atracción. Un cuerpo de mayor densidad es capaz de atraer a otros cuerpos de menor densidad. La masa de un cuerpo es la cantidad de energía que tiene ese cuerpo.

• Por ejemplo: el Sol es un cuerpo celeste de mayor densidad que los planetas del sistema solar, por lo que ejerce fuerza de atracción.

A partir de la fuerza de atracción de la física, se desprende la teoría de que nuestro ser es energía y, por lo tanto, nuestro accionar desprende o sucede en torno a diferentes vibraciones de energía. Según sea nuestro nivel de vibración (es decir, nuestros pensamientos, nuestro humor y nuestras palabras), será cómo nos sentimos o cómo percibimos nuestro alrededor, cómo le prestamos más atención a las cosas y a las personas que vibran en la misma sintonía. Por eso, hay días en que vemos todo de manera más positiva que otros, quizás no cambió nuestro alrededor, sino que cambió nuestro nivel vibracional y el tipo de energía que percibimos (la energía de las cosas y de las personas).