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¿A qué se llama imperialismo? Se conoce como imperialismo al control político y económico de una país sobre otro. Si bien a lo largo de la historia hubo diversos imperalismos, se suele reservar el término imperialismo para referirse al dominio ejercido por Europa sobre otros territorios a partir del siglo XV y, de modo más específico, al dominio de las potencias industriales occidentales y Japón de fines del siglo XIX y principios del siglo XX sobre África, Oceanía y algunas regiones de Asia. Respecto de este imperialismo, entre 1873 y 1896 se produjo una importante crisis económica a nivel mundial, que se conoce como la “Gran Depresión”. Con el fin de salir de ella, los Estados industriales abandonaron el liberalismo comercial y desarrollaron políticas proteccionistas de sus industrias. Además, como las potencias tenían necesidad de ampliar el mercado para sus productos y de obtener nuevas materias primas, comenzaron a competir por el control colonial de territorios en África, Asia, América y Oceanía.
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¿En qué período se desarrolló el imperialismo? El imperialismo se desarrolló entre 1870 y 1914.
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¿Cuáles fueron las causas del imperialismo? Económicamente, el imperialismo surgió de la necesidad de nuevas fuentes de materias primas y nuevos mercados debido al avance industrial y comercial de las potencias mundiales. Desde el punto de vista político, estuvo impulsado por la búsqueda estratégica de prestigio internacional por parte de los países industrializados. A los motivos anteriores, se les sumaba la necesidad que se les planteaba a las grandes potencias de transferir o llevar a las colonias y a las zonas de influencia los excesos de la población de los países potencia. Por último, hay una causa relacionada con las ideas racistas de la época, que creían en una supuesta “superioridad” de los pueblos europeos, a los que se les atribuía una función “civilizadora” sobre los pueblos originarios de las colonias, considerados “atrasados” o “primitivos”.
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¿En qué consistían las medidas proteccionistas implementadas por los Estados imperialistas? Los Estados imperialistas desarrollaron políticas de amparo para los productos que se elaboraban dentro de sus fronteras, y establecieron elevados impuestos aduaneros para el ingreso de las mercancías importadas que podían competir con las locales. De este modo, dejaron de lado el régimen de libre comercio, que había estado vigente durante gran parte del siglo XIX.
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¿Qué relación existe entre las políticas coloniales y el imperialismo? A partir del siglo XVI, los países europeos habían llevado adelante políticas coloniales: habían ocupado territorios en zonas alejadas con la finalidad de establecer sobre ellos un control político, militar y económico (por ejemplo, las conquistas española y portuguesa de los territorios americanos, o la colonización británica en América del Norte y la India).
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido anteriormente, en el período del imperialismo la adquisición de territorios por parte de las potencias industriales tuvo como objetivo imponer la supremacía económica y militar de estas potencias sobre el mundo. De este modo, se convirtió en una manifestación de poderío, que iba más allá del control de un territorio y la extracción de materias primas.
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¿Cómo se manifestó la expansión imperialista? El imperialismo avanzó sobre África, Asia, Oceanía y Centroamérica. Gran Bretaña fue uno de los protagonistas de esa expansión, ya que su superioridad naval y su desarrollo comercial, financiero e industrial la impulsaban a buscar nuevas rutas y mercados. El riesgo de que Gran Bretaña monopolizara el mercado internacional llevó a otros países a iniciar una carrera por la conquista de colonias. Muchas veces, la disputa por nuevos territorios fue causa de conflictos armados entre las potencias. De este modo, los imperios coloniales terminaron repartiéndose entre varias potencias, además de Gran Bretaña: Francia, Bélgica, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.
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¿Cómo se dio el imperialismo en África? Uno de los escenarios principales de la carrera colonialista fue el continente africano. Francia y Gran Bretaña comenzaron a intervenir en los asuntos económicos y políticos de Egipto a partir de la construcción del canal de Suez (entre 1859 y 1869). En 1882, los británicos establecieron una administración indirecta de ese país, al que en 1914 convirtieron en un protectorado (es decir, un territorio cuya soberanía está limitada por otra potencia a la que le reconocen facultades de decisión en materia diplomática, militar, económica o política). El centro del continente africano fue explorado por viajeros europeos, quienes advirtieron sobre las riquezas que existían en estos territorios no explotados. Entre 1884 y 1885, la Conferencia de Berlín organizó la división y ocupación del continente africano por las potencias europeas: Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Bélgica, además de España y Portugal. Así, ese continente se convirtió en proveedor de materias primas para el capitalismo industrial.
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¿Cómo se dio el imperialismo en Asia? A fines del siglo XIX, las potencias europeas se disputaron grandes territorios en el sur y el este de Asia, cuya conquista había iniciado Gran Bretaña un siglo antes, en la India. La ocupación de Asia se debió a diversas razones. Por ejemplo, Persia resultaba de interés por sus yacimientos de petróleo: Gran Bretaña y Rusia intentaron obtener contratos con ese país que los beneficiaran exclusivamente en la explotación de ese recurso y la construcción de ferrocarriles. En 1907, ambas potencias firmaron un acuerdo por el que dividían a Persia en tres zonas: una neutral, una rusa y una británica. El sudeste de Asia, por su parte, interesaba por su privilegiada posición geográfica y como vía de acceso al mercado chino. Los territorios de esta región (del que forman parte Vietnam, Laos, Camboya Indonesia, Tailandia, Birmania, Malasia y Filipinas) fueron repartidos entre Gran Bretaña, Francia, Holanda y Estados Unidos. El avance colonialista sobre el este de Asia estuvo vinculado con la crisis del Imperio chino: la enorme extensión del imperio, el crecimiento demográfico y la sublevación de los pueblos sometidos aumentaron los conflictos sociales y socavaron el poder del Gobierno. Gran Bretaña y Francia aprovecharon esta crisis, pues buscaban imponer en China el consumo del opio, que se producía en sus colonias asiáticas. Esto dio lugar a dos guerras en las que China tuvo que conceder a los vencedores la apertura de puertos comerciales, la libre navegación, la libertad de residencia y la legalización del comercio de opio.
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¿Cómo se dio el imperialismo en Oceanía? Durante las primeras décadas del siglo XIX, Gran Bretaña había establecido colonias en zonas costeras de Australia. Más tarde, el hallazgo de diversas fuentes de recursos naturales impulsó la explotación económica de la región. Los colonos que se habían instalado inicialmente (personas deportadas de la metrópoli por haber cometido delitos) comenzaron a avanzar tierra adentro, y desplazaron a los pueblos originarios australianos. El descubrimiento de oro atrajo a inmigrantes extranjeros hacia los yacimientos de ese metal. En 1850, el Gobierno británico delimitó los territorios australianos y les concedió cierta autonomía: las colonias podían redactar sus constituciones y organizar sus relaciones comerciales. En el caso de Nueva Zelanda, también fue convertida en colonia británica: los pobladores originarios (los maoríes) fueron progresivamente desplazados por los inmigrantes que ocupaban sus tierras.
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¿Cuáles fueron las consecuencias del imperialismo? Las potencias imperialistas establecieron de manera arbitraria las fronteras de sus colonias, en función de sus pactos e intereses políticos y económicos. Como consecuencia de esto, se produjo la fragmentación de los territorios y la desorganización de los modos de vida de los pueblos originarios. De este manera, se generaron desplazamientos forzosos de población, se fomentó el desarraigo cultural y se crearon las condiciones para futuros conflictos entre distintos grupos étnicos.
En los territorios dominados se incrementó la población y se dio un gran crecimiento de las ciudades que funcionaban como centros comerciales. Las potencias imperialistas anularon la autonomía económica de las colonias y decidieron cómo y qué debían producir los territorios dominados, en función de las exigencias de los mercados internacionales.
Por último, los países centrales utilizaron los territorios coloniales para dirimir sus propios conflictos; de este modo, entre las potencias mundiales surgieron bloques político-militares que se convertirían en los protagonistas de guerras internacionales por el control de territorios.
Más información: Diferencias y semejanzas del imperialismo y el colonialismo político, social y económico
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