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Escuela primaria
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Ejemplo de obra de teatro corta

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    ignacio_m

    UN BUEN ESCONDITE

    Personajes LARA, niña de nueve años. SANTI, su hermano mellizo. OFELIA, su hermana, de doce años.

    (Interior de una casa en la época actual. La escena muestra una sala con una mesa, unas sillas, una cajonera y un perchero de pie en el que, entre otras prendas, hay colgados un gorro de lana y una chaqueta. Una puerta que simula dar a la calle y otra que da a otro lugar de la casa. LARA y SANTI entran por la puerta de calle, con ropa de abrigo.)

    LARA: ―¡Qué frío, Santi! SANTI: ―Sí. Parece el polo. ¿Recuerdas que estudiamos que en los polos hace mucho frío? LARA (mientras se quita la chaqueta y la cuelga en el perchero): ―Sí, lo recuerdo. SANTI (también se quita la chaqueta y la cuelga): ―Tendríamos que haber llevado las bufandas, Lara. LARA: ―Yo lo intenté, pero no pude encontrar la mía. Ofelia siempre usa mi ropa y luego la deja en cualquier parte. SANTI (un poco enojado): ―Sí. A mí me hace lo mismo con las revistas de historieta. Se las lleva para leer y después ya nunca las encuentro. LARA: ―Es muy maleducada. SANTI: ―No nos tiene en cuenta. LARA: ―Una hermana mayor debería dar el ejemplo. SANTI: ―Sí. Ofelia da el ejemplo de las cosas que no hay que hacer. ¡Habría que darle un buen escarmiento! LARA (le gusta la idea): ―Un escarmiento. Sí, eso estaría bien. SANTI: ―Enseñarle que no es lindo no poder encontrar las cosas porque otra persona no se tomó el trabajo de ponerlas en su lugar. LARA: ―¡Eso mismo! Buena idea, Santi. SANTI: ―¿Y cómo lo hacemos? LARA (mira hacia el perchero y ve el gorro de lana): ―¡Ya sé! SANTI: ―¿Qué se te ocurrió? LARA (señala el gorro de lana): ―¿Ese no es el gorro favorito de Ofelia? SANTI (mira el gorro): ―Sí. Lo lleva a todos lados cada vez que sale. LARA: ―Exacto. SANTI: ―¿Y entonces? LARA: ―Vamos a esconderlo. SANTI: ―¡Qué buena idea, Lara! ¡Así Ofelia aprenderá la lección de una buena vez! LARA (toma el gorro y camina por la sala como si buscara algo): ―Hay que encontrar un buen escondite. SANTI (imita a su hermana y la sigue por la sala): ―Sí. Un buen escondite. LARA: ―Un lugar donde nunca se le ocurra buscarlo. SANTI: ―Sí, de acuerdo. (Se detiene frente a la cajonera y la señala.) ¡Ya está! ¡Ya sé dónde esconderlo! LARA. Eres un genio, Santi. SANTI (abre un cajón): ―Este es un buen escondite. ¿Verdad, Lara? LARA (coloca el gorro dentro del cajón y lo cierra): ―Un muy buen escondite, Santi. (Pausa, ambos se alejan de la cajonera.) Y ahora, llegó el momento de dar el escarmiento. SANTI (se ríe): ―¡Te ha salido con versito! LARA (llama en voz alta): ―¡Ofelia! SANTI (la imita): ―¡Ofelia! (A Lara.) ¿Para qué la llamamos? LARA: ―Para saborear la venganza. Ya vas a ver.

    (Entra OFELIA por la puerta que comunica con otro lugar de la casa.)

    OFELIA: ―¿Qué les pasa a mis hermanitos? ¿Tienen ganas de salir al parque? LARA: ―Sí. (Le hace un guiño a Santi). SANTI: ―Ehhhh. Sí. Tenemos muchas ganas. OFELIA: ―¿Y quieren que su hermana mayor los acompañe? LARA y SANTI: ―Sí. OFELIA: ―¿No digo yo que son unos bebitos? ¡Siempre hay que estar cuidándolos! LARA y SANTI (fingiendo que son más pequeños): ―Por favor, acompáñanos al parque. OFELIA: ―Muy bien. Vayamos al parque. Pero, antes, debemos abrigarnos.

    (Van al perchero y se colocan las chaquetas.)

    LARA (a modo de indirecta): ―Me encantaría saber dónde está mi bufanda. SANTI: ―Y yo quisiera saber dónde están mis guantes de lana. OFELIA: ―Ah… Sí. Dejé esas cosas por algún lado. Seguramente están debajo de mi cama. (Busca en el perchero.) ¡Momento! LARA: ―¿Qué sucede? OFELIA: ―¡No es posible! SANTI: ―¿Qué ocurre, Ofelia? OFELIA: ―Creí que había dejado mi gorro en el perchero. LARA: ―Ah. (Con ironía.) ¿Tu ropa de abrigo también desaparece? SANTI: ―¿Estará debajo de tu cama? OFELIA: ―Lo dudo. Yo cuido mucho mis prendas. ¡Ya sé! (Camina hacia la cajonera.) Debe estar en el lugar donde lo guardo cuando no quiero usar el perchero. (Abre el cajón y saca el gorro.) ¿No les dije? ¡Aquí está! SANTI: ―¡Qué suerte! (Mira a Lara con desilusión.) LARA (le devuelve un gesto resignado): ―Sí. Mucha suerte. OFELIA (mientras sale por la puerta de calle): ―¡Vamos! LARA (a SANTI): ―Pensé que era un buen escondite… SANTI (a LARA): ―La próxima vez encontraremos uno mejor.

    (Salen mientras cae el TELÓN.)

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