Respuesta verificada
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La espera
Hacía casi un millón de horas que Magdalena esperaba a su prima Eugenia en la esquina de dos concurridas calles del centro de la ciudad. Veía pasar la muchedumbre a su lado, como un río de enorme caudal, y el amargo y pestilente humo gris de los escapes de los vehículos le hacía llorar los ojos. Dos palomas conversaban aburridas en un rincón donde llegaba un mísero rayo de sol. Magdalena les tenía un poco de envidia porque ellas, al menos, no esperaban a nadie y eran libres de levantar vuelo cuando quisieran. Un portafolios de cuero pasó velozmente, seguido por un reloj de oro y por unos zapatos de tacones. Había gente de todo tipo, pero de Eugenia, ni una seña. “¿Acaso mi prima piensa que mi paciencia es infinita?”, se preguntaba Magdalena mientras una tromba silenciosa se arremolinaba con furia en su pecho. Por fin la vio cruzar desde la calzada opuesta, fresca como si estuviera llegando con puntualidad absoluta. —¡Hola, Magda! —la saludó su prima con una sonrisa como de hiena—. ¡Qué suerte que ya has llegado! Temía tener que esperarte en este lugar tan horrible. Por suerte me retrasé. Magdalena tuvo que respirar profundamente tres veces para no lanzar un grito que aturdiera a los transeúntes.
Figuras retóricas del relato
Hipérboles (exageración de aquello de lo que se habla): hacía casi un millón de horas; un grito que aturdiera a los transeúntes.
Comparaciones (establecimiento explícito de una relación de semejanza entre dos entidades): como un río de enorme caudal; una sonrisa como de hiena.
Metáfora (comparación implícita entre dos entidades): fresca (en el sentido de “reciente, en buen estado de conservación”, aplicado a una persona); una tromba silenciosa se arremolinaba con furia en su pecho.
Sinestesia (atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde): amargo y pestilente humo gris.
Metonimia (designación de una cosa con el nombre de otra, tomando el efecto por la causa (o al revés), el contenido por el continente, el objeto con su poseedor, etcétera): un portafolios de cuero pasó velozmente, seguido por un reloj de oro y por unos zapatos de tacones (en los tres casos, se mencionan los objetos por las personas que los llevan).
Pregunta retórica (interrogación que se formula sin esperar respuesta): ¿Acaso mi prima piensa que mi paciencia es infinita?
Prosopopeya o personificación (atribución de rasgos humanos a entidades no humanas): dos palomas conversaban aburridas.
Hipérbaton (alteración del orden sintáctico habitual): había gente de todo tipo, pero de Eugenia, ni una seña (en lugar de había todo tipo de gente, pero no una seña de Eugenia).
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